jueves, 11 de agosto de 2016

agosto 11, 2016
Podría asegurar que el orgullo es una de las cosas por las cuales más relaciones se han terminado, entre familias, socios, amigos, novios, matrimonios etc. 

Las personas orgullosas piensan que el mundo debe estar a sus pies, prefieren perder a las personas queridas que pedir disculpas, porque el orgullo los hace arrogantes, incapaces de aceptar que cometieron un error, como lo hacemos todos. Creo que todos hemos tenido un amigo, novio, amante o esposo que es orgulloso, yo lo viví, motivo por el cual esa relación se terminó. 



Una de las razones para no volvernos hablar más seguido, siempre me preocupaba por cualquier situación o trataba de hacerle saber que podía contar conmigo, pero el orgullo de esa personas era más grande, que así le escribiera un mensaje bonito el día de sus cumpleaños, navidad, año nuevo o de felicitación por algún logro que obtuvo, él no lo iba a leer, o lo hacía cuando pasaran horas, días o hasta semanas. 

Él podía conectarse cada minuto y todos los días a las redes sociales, pero no contestaba en el instante, porque se sentía más importante o tal vez, no le interesaba y a veces la respuesta de ese mensaje nunca llegaba, lo cual muchas veces me hacía sentir mal.

Por esta razón, un día me canse, de darle los buenos días, las buenas noches, desearle un excelente día en su trabajo o saber cómo estaba, llamar y escuchar que su vida marchaba bien.

Muchas veces escucho a hombres y mujeres decir que son orgullosos, que no le van a hablar más a su hermano, mejor amigo, novio o novia, porque ellos no le piden disculpas a nadie, como si eso, en el caso de los hombres los hiciera más hombres o, de las mujeres, más atractivas. Al contrario, hacen que perdamos el interés por ellos de tenerlos cerca de nosotros. 

Deberíamos ser orgullosos, pero de los logros que hemos obtenidos, de los títulos de la universidad, un postgrado, un magister, del trabajo que hacemos, de nuestros padres y su lucha para hacernos mejor persona, los logros de nuestros hermanos, amigos y de la persona con la que tenemos una relación. Eso nos hace humildes y que la gente nos quiera más. 

Pienso que deberíamos contestar apenas veamos esos mensajes, llamadas o verse y sentirnos agradecidos por esas personas que se preocupan por nosotros, de pronto algún día nos haga falta o lamentemos, no haber aprovechado ese tiempo, para hacer lo que en el fondo queríamos, responder como se debía. 

A esas personas "orgullosas", solo les quedan dos opciones, tragarse su orgullo y aceptar que cometieron un error y no perder a las personas que los quieren o, seguir siendo orgullosos y quedarse toda la vida solos o lamentando la ausencia de la "víctima" de su orgullo.

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